@sueltaelwichi se va

En los últimos días van y vienen mensajes en los medios y las redes sociales, conmocionados por una noticia: @sueltaelwichi se va. Opiniones encontradas ha generado la noticia. Por un lado se festeja que un controversial programa de televisión ve llegar su final sin meditar que viene de la mano de una acción de recorte de puestos de trabajo, y por otro, hay tristeza en telespectadores que disfrutaban del mismo, y desde luego, en los empleados, sus familiares, amigos, y también en sus compañeros de trabajo que resienten el cierre como la pérdida de sus emolumentos en una condición no solo injusta sino increíble. @sueltaelwichi, de acuerdo a información de primera mano, estaba en su mejor momento de audiencia, reconocimientos y premiaciones.

No veo televisión pero sí escucho a quienes lo hacen, y el programa daba de sí lo que ellos querían: «cotilleo y diversión». Entretenimiento sin mayor esfuerzo y con un mínimo de desgaste de sus neuronas. Eso entienden. Para sufrir, está la vida real propia y ajena, los titulares de los principales diarios de circulación nacional, los rumores y las evidencias de inseguridad en la que vivimos.

Como en todo, algunos celebran el cierre de ese programa calificado, como varios otros, de «telebasura»; otros lo lamentan. Y, pareciera que fueran muchos los que están tristes por la capacidad de expresar sus sentires y pensamientos, su accesibilidad a las redes sociales y su manejo de técnicas de comunicación. A la vez, sus detractores lo festejan con críticas directas al personaje que estaba a cargo del programa y su contenido (con pocas evidencias del qué y el por qué -quizá como yo no ven televisión), mientras otros que comparten la celebración consideran injusto que les toque la misma suerte a todos los que el cierre arrastra y que tras las cámaras o entre bastidores prestaban sus servicios a los presentadores e invitados especiales.

Los medios son el cuarto poder y controlan la información, sin dudas. Pueden magnificar el dolor o hacerlo que pase desapercibido. La dimensión de la tristeza es relativa y no necesariamente proporcional al número de despedidos. El hecho: despidos por crisis económica. Los otros hechos recientes que se han dado durante la presente administración de gobierno, y que sirven de comparación para medir los niveles de tristeza, solidaridad y dolor parecen ser harinas de otros costales. Campos de Pesé, caso Waked, Mossack y Fonseca, entre varios más. Qué interesante lo que nos dice Wikipedia de esta última empresa: «Mossack Fonseca & Co. fue un bufete de abogados de Panamá con representación en muchos países del mundo a través de 44 filiales, nueve de ellas en China.» Fue, fue, ya no es!

Volviendo al tema, el cese de más de 2 000 trabajadores en Campos de Pesé con lo cual algunos comparan las emociones generadas por el cierre de @sueltaelwichi, mientras mantienen un «tristesómetro» en mano, es apenas un capítulo más dentro de esta «Guerra de gavilanes» entre los intereses políticos y económicos que nos gobiernan.

Yo lamento que este, otro y cualquier programa cierre por las causas que abogan. Crisis económica, aducen. Y esa crisis, a escala nacional, es real según los entendidos.

Yo siento esa crisis cuando salgo a la calle y observo; cuando voy de gira con mis estudiantes o asisto a la universidad. Hace unos dos fines de semana, en la calle principal de Nueva Gorgona, que atravesamos en gira académica hacia la zona costera, la mayoría de las propiedades están en venta, como en varias barriadas aquí, en ciudad de Panamá. Hay gran cantidad de carteles que anuncian «Se vende», por doquier.

La infraestructura de la UP, sus laboratorios y salones de clases, sin dotaciones, con escaso presupuesto para mantenimiento. Luego nos sorprendemos y hasta criticamos que haya bajado en el ranking de universidades en Latinoamerica.

En tanto, en los supermercados los precios están por las nubes -que alguien me explique la lógica de ese encarecimiento en una condición como la actual.

Se evidencia cualquier cantidad de establecimientos comerciales cerrados, incluyendo muchos sitios reconocidos de expendio de comida que han «quebrado» y no solo por las malas obras de remoción urbana que han estropeado sus calles y cortado la accesibilidad a ellos en nombre de una mejora de las aceras. Donde, además y peor, con la mínima lluvia se han generado inundaciones porque a los promotores gubernamentales y contratistas se les olvidó que en Panamá llueve torrencialmente durante la temporada lluviosa que se extiende por nueve largos meses. Vía Argentina, la calle de mayor «marcha panameña», destruida; calle Uruguay, parque Urraca y sus inmediaciones, ni qué hablar, por mencionar tres áreas emblemáticas de la Ciudad.

Quizá no nos hemos dado cuenta que la situación económica está a la baja o ha bajado a niveles insostenibles y que pareciera que nos será difícil llegar al final de este gobierno, ralentizador y perseguidor (ha existido para ello, para una venganza casi personal), y remontar en un período presidencial próximo las condiciones adversas que vivimos.

He consultado a amigos, técnicos y población a ser beneficiada sobre el programa 100/0 y ha sido un rotundo fracaso conforme a todos los consultados. La ciudad hospitalaria, la cadena de frío, la ciudad de las artes (https://m.prensa.com/impresa/panorama/Ciudad-Artes-proyecto-concluir_0_5068743191.html), abandonados a su peor suerte y «disque» ahora retomados para, en unos pocos meses, “acabarlos”; las calles y avenidas llenas de huecos, puentes que se caen, áreas protegidas en venta («concesionadas») u ocupadas por los intereses particulares y personales de quienes nos gobiernan y/o sus allegados.

Y, es mejor no seguir enumerando, suspender la reflexión, porque bajo una fuerte y pertinaz lluvia nos aprestamos a celebrar las efemérides patrias 2018.

Esta celebración, por este mes de noviembre, nos hará “olvidar” el desastre en el cual estamos sumergidos. A la vez, que nos hace vulnerables a cualquier «gol político», como por ejemplo la elección pendiente de magistrados para la Corte Suprema de Justicia.

O será el cambio climático que nos ha trastocado las mentes y conciencias en esta mañana de 3 de noviembre 2018?

Acerca de Marilyn Diéguez Pinto

Soy bióloga/ecóloga panameña, con raíces apuntaladas en mi Panamá campesina y mi España gallega; amante de la naturaleza; me gusta leer y escribir..., conocer y aprender cada día cosas nuevas... Estoy convencida que el conocimiento esta en todas partes, deseando "atraparnos" y ser atrapado... Entiendo que aprender es una de las cosas más divertidas del ser vivo...
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